TESTIMONIOS
Madre Verónica
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“Un gracias eterno”
En 2010, después de años de búsqueda y un profundo proceso interno, la madre Verónica fundó Iesu Communio, una comunidad de vida contemplativa aprobada por el Papa Benedicto XVI. No fue solo un nuevo comienzo, sino una declaración de fe intensa y amor absoluto por Jesucristo.
Su viaje comenzó a los 18 años, cuando ingresó en el convento de Clarisas en Lerma, Burgos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su camino a seguir era distinto, aunque siempre sirviendo en la vida consagrada.
La Fundación, al enterarse entonces de la visión de Iesu Communio, mostró un compromiso excepcional al ofrecer una ayuda reembolsable para apoyar su creación. La madre Verónica estaba convencida de que aceptar esta ayuda era esencial para el presente y futuro de la comunidad.
La hermana Paloma, que conoció personalmente a Luis Valls, destaca cómo siempre estaba dispuesto a ofrecer consejos y apoyo, incluso cuando no podía ayudar directamente. “El bien, con mayúsculas, se irradia a todos los que están alrededor”, afirmaba la hermana.
Madre Verónica subraya que, si pudiera hablar con Luis Valls hoy, “le abrazaría y le diría un gracias eterno”. Su apoyo y amor han sido fundamentales para la vida de Iesu Communio. Todavía hoy, su legado continúa iluminando y guiando a la comunidad.